Retablo de Santo Domingo de Silos

Acerca del edificio

Estando como estuvo bajo el dominio árabe, es muy probable que fuese levantada sobre los cimientos de una mezquita, y tendría origen visigodo, ya que estos fueron los primeros cristianos que poblaron Pinto. Tras esta iglesia de origen visigodo debió existir otra de estilo románico, ya que fue en 1086 cuando Pinto fue arrebatado finalmente a los árabes por Alfonso VI.

Se conserva un recibo de una campana rota que se refundió, teniendo la misma fecha de 1363, lo que parece indicar que en esta fecha ya existía buena parte de la iglesia construida.

Una gran reforma sufrida en los siglos XV y XVI, que le da su imagen actual, (excepto la fachada) hace que se catalogue como construida en el siglo XVI. La fachada, no obstante, es muy posterior, debido al derrumbamiento de la original. En 1923 se inician las obras para reconstruir la portada, pero el campanario hubo de esperar hasta 1954.

La construcción tiene grandes proporciones, con reminiscencias góticas en sus cubiertas; de tres naves que se separan por arcos de medio punto decorados con rosetas y motivos geométricos, con crucero que no destaca al exterior, ábside poligonal y bóvedas de crucería.

La iglesia sufrió un saqueo el 6 de diciembre de 1808 por parte de soldados franceses, lo que provocó que no existan muchos documentos acerca de sus orígenes. Durante el S. XIX se construyó un formidable coro, con balaustrada neoclásica.

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Fotografía: Xauxa Håkan Svensson – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5801500

En 1920 se decide suprimir el campanario, el cual cae sobre la portada principal, ocasionando su derrumbamiento. En 1923 se inician las obras para reconstruir la portada, pero el campanario hubo de esperar hasta 1954 que los hermanos Bernardo y Emiliano Infante, vecinos del pueblo, construyeran el actual campanario, inaugurándose el mismo el 20 de mayo de 1956. Las últimas reformas las podemos situar entre 1992 (cuando se pusieron las nuevas campanas sonando por primera vez para Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Pinto) y el año 1998 (en que se adecuan los muros y los jardines del entorno).

La antigua portada

Según una fotografía anterior al accidente de 1920 y del «Catálogo Monumental de la provincia de Madrid», de Rodríguez Marín, obra de Pineda a mediados del siglo XVI. Se abría bajo amplia hornacina de arco de medio punto entre dos contrafuertes. Constaba de un cuerpo inferior con pares de columnas cilíndricas a los lados y puerta con arco de medio punto. Sobre su entablamento se levantaba un segundo cuerpo con tres nichos entre columnillas coronados por el frontón donde, de doble ancho el central bajo los que se albergaban figuras de Santo Domingo de Guzmán, San Rafael, San Miguel y de la Anunciación. Esta portada sustituyó a una primitiva.

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La antigua torre

Constaba de tres cuerpos. Hecha de piedra de aparejo irregular. Fue comenzada por Zorita en 1544 (a quien corresponde el primer cuerpo) y siendo terminada por Francisco y Pedro Aguado en 1601; el chapitel fue obra de Antonio Lozano y guardaba parecido con el que aún hoy podemos ver en la Catedral de Getafe, en Santa María Magdalena.

Si bien su retablo mayor es la parte más conocida y estudiada de su interior; hay tres piezas que brillan con luz propia por su gran valor artístico, aunque con pocos datos sobre ellas. La pila bautismal, quizá el elemento más antiguo de la iglesia; el púlpito, labrado en piedra y yeso, así como los adornos del pilar al que se encuentra adosado; y el Cristo de la Misericordia, de una belleza y perfección muy relevantes.

Fuentes varias y Wikipedia

El Retablo Mayor

Está considerado uno de los mejores de la zona sur de Madrid, gracias a su arquitectura, dorado, estofado y estado de conservación.

Esta obra de arte fue realizada por Pedro de la Torre y su colaborador Francisco González de Vargas, escultores, en el segundo tercio del S.XVII. Para la realización del retablo se firmó un contrato en Madrid ante un escribano de la corte. Por parte de la iglesia firmaron Benito Sánchez de Herrera, cura de la iglesia, y Diego Martínez Rojo, mayordomo. En este contrato figuraban las condiciones de que la madera debería ser de Cuenca, se realizaría la escultura de Santo Domingo de Silos para la caja de en medio y cuatro figuras más. La obra debía terminarse en cuatro años y se percibiría ocho mil ducados.

La iglesia no cumplió con sus acuerdos y los artistas la metieron en pleito, del cual se obtuvo un nuevo acuerdo.

Para asentar el retablo, los cimientos en la iglesia se hicieron de granito. Entre 1653-1655 empezaron los gastos para el dorado, rematado en Getafe por José Hernández, maestro dorador. El dorado fue terminado por Martín Velasco, dorador y estofador.

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Fotografía: Zarateman – Trabajo propio, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48472526

En la capilla mayor existe un gran hueco rematado por un cascarón con pinturas de la vida de Jesús; cuatro columnas enmarcan dos lienzos: a la izquierda, Adoración de los pastores; a la derecha, Adoración de los Magos.

En el centro, la escultura de Santo Domingo de Silos, la cual guarda gran parecido con la escultura de San Plácido, en la iglesia del monasterio madrileño del mismo nombre. Por encima se encuentran un gran frontón, partido y curvo, y una gran cartela con paños simulados y frutas, entre las que aparece con insistencia la granada; a los lados, cabezas de ángeles pequeños.

Sobre el remate de este único piso, observamos cuatro esculturas, una por cada columna; que se podrían identificar con San Juan y el águila, obispo o papa con una maqueta y libro, Padre de la Iglesia y Lucifer con el toro.

La Custodia se encuentra adosada al retablo. Es cuadrada, con cúpula y una gran flor en el centro. Por el interior de esta custodia se puede penetrar a la parte trasera del retablo. A destacar el elevado precio que se pagó por este retablo. Cerca de veinte años más tarde se pagaron solo cuatro mil ducados por el retablo de San Plácido.

Fuente: Transcripciones del trabajo de María del Pilar Corella, “Pedro de la Torre y el Retablo de la Iglesia Parroquial de Pinto (Madrid)”, publicado en Bellas Artes 75 (nº 48 – Diciembre 1975).