Sábado y domingo, 21 y 22 de julio, de 10:30 a 13:00 horas. Actividad gratuita. No es necesaria inscripción previa.
El paisaje que acompañaba a los animales que vivieron en estos parajes hace unos 9 millones de años fue una sabana salpicada de masas forestales de bosques tropicales deciduos.
Los yacimientos fósiles de Cerro de los Batallones están localizados muy cerca unos de otros. Los restos son muy abundantes y se encuentran en un excelente estado de conservación, con piezas en conexión anatómica y presencia de esqueletos completos. Pocos son los yacimientos que poseen todas estas características, lo cual convierte a este enclave en un punto de gran singularidad a nivel internacional.
La acumulación de los fósiles encontrados en el Cerro de los Batallones tuvo lugar en un contexto geológico poco común. Hace 9 millones de años, los animales bajaban a beber o bien caían en cavidades subterráneas, de las que no podían salir. El origen de estas cavidades que actuaron como trampas se debió a un tipo de erosión especial conocido como erosión en túnel o piping.
Manadas de grandes mamíferos relacionados con las jirafas, pequeños caballos primitivos de tres dedos, rinocerontes y mastodontes habitaron hace unos 9 millones de años en Madrid. Restos de todos ellos han sido encontrados en el yacimiento del Cerro de los Batallones junto con tortugas gigantes y grandes carnívoros como los tigres diente de sable y algunas especies que no tienen representantes actuales como el grupo de los anficiónidos. Los grandes carnívoros ausentes en la mayoría de yacimientos son restos excepcionalmente abundantes entre los fósiles del Cerro. Pero también se han encontrado numerosos restos de pequeños mamíferos. Entre ellos los roedores, indispensables para poder conocer la edad del yacimiento.
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